Zócalo, el latido de Puebla

*El primer cuadro de la Ciudad de Puebla un sitio de unión, con turistas, conciertos, protestas, ceremonias cívicas y hasta los shows de los payasos

Guadalupe Juárez

Puebla, Pue.- Justo al centro, su latido se encuentra en el agua que cae de la Fuente de San Miguel, punto de encuentro favorito. El primer cuadro de la ciudad es el corazón de la capital poblana, rodeado de los ángeles de la Catedral, custodiado por los portales y un Palacio Municipal.

La fuente sirve como marco para los turistas y poblanos que quieren llevarse una postal con la Catedral de fondo. Las jardineras y la sombra de laureles de la india, cipreses, palmeras, cedros de limón y fresnos lo hacen el lugar preferido para las caminatas y los paseos vespertinos, cuando el sol se oculta a un costado de la Catedral de Puebla.

Por muchos años, una leyenda pasaba de boca en boca, la creencia de que por las noches, carretas pasaban sobre el subsuelo, donde había túneles que conectaban a La Catedral, varios conventos y callejones de la ciudad.

La leyenda se hizo realidad cuando el año pasado, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó que los túneles, una especie de pasadizos que aún no logran excavar ni investigar, pero que cronistas e historiadores creen se trata de estructuras hechas durante la Batalla del 5 de Mayo.

El Zócalo es el escenario perfecto para las fotografías, en pareja, en grupo o con amigos, frente a las letras en mayúsculas de PUEBLA. También es el sitio ideal para los conciertos que en ocasiones se presentan, las protestas, las ceremonias cívicas y el Grito de Independencia cada 15 de Septiembre y hasta los shows de los payasos.

En el pasado, poco después de la fundación de Puebla, se le conocía como Plaza de Armas, donde se solía instalar cada jueves un tianguis  con venta de hortalizas, frutas, vino, azúcar, lino y otros productos que ofrecían los indígenas. Un incendio ocurrido en 1796 hizo que las autoridades enviaran a los comerciantes a El Parián, recién construido.

Su plancha también era utilizada para que autoridades leyeran y ejecutaran las sentencias dictadas por el gobierno de la ciudad.

En el virreinato el Zócalo cumplía con las características que las ciudades novohispanas de su época exigían, un espacio cerca de un templo y las autoridades locales.

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